Aunque crece la cantidad de personas que entran en la red social, muchos cierran su perfil por temor a la exposición.
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Genera amores y odios, y también mucha desconfianza. A medida que Facebook pasó a formar parte de la vida de las personas, también comenzaron las suspicacias. Por eso, aunque la red social virtual más famosa cada vez suma más adeptos en Argentina, algunos descreídos cierran su perfil. Si bien muchos no reinciden, hay otros que no pueden zafarse y abren nuevas cuentas, esta vez con apodos.
Según el análisis sociológico, la razón fundamental de este fenómeno “huidizo” es el temor a la exposición. Aunque en esto también juega un rol muy importante el desconocimiento de las herramientas que permiten más control sobre los contenidos que allí se publican o se comparten.
“Fui uno de los primeros en abrir una cuenta en Facebook porque me fui de viaje a Europa y me pareció una buena opción para compartir las fotos”, relató Cristian (33) a UNO. Aunque agregó: “ Después me di cuenta de que no me interesaba que tanta gente viera mis cosas”.
En setiembre, Cristian se decidió y finalmente mandó un mail a todos sus amigos explicando por qué prefería dejar de formar parte de Facebook, y simplemente cerró su perfil.
Como él, otros usuarios en el resto del mundo pusieron fin a su perfil en la red social, tal como reveló un informe del diario porteño La Nación esta semana.
Pero, ¿cuáles son las causas que esgrimen los que pegan el portazo y se van de Facebook?
A los argumentos de Cristian se suman los de Diego (29) , quien apuntó el temor por posibles consecuencias de los contenidos expuestos en la web: “Tengo un compañero que tuvo problemas en el trabajo por un video que colgó en Facebook; nunca se puede contar con las buenas intenciones de la gente”, dijo.
Sin embargo, para la socióloga de la UNCuyo Graciela Cousinet, “el mal mayor del uso de Facebook y de otras redes sociales radica en la sobreinformación”. De todas maneras, la académica analizó que “es una herramienta útil si uno toma los recaudos necesarios para manejar la privacidad de los contenidos que usa”.
Cousinet apuntó precisamente a que “el temor viene de la mano del desconocimiento”.
Más allá de los que se animan por estos días a cerrar su perfil en Facebook, existen los que se resisten a abrir una cuenta y hasta militan en contra de la red social (ver aparte).
Lo cierto es que a pesar de los temores, millones de usuarios en el mundo siguen desvelándose por saber qué es de la vida de los demás.
Los que se resisten a entrar
Facebook tiene más de 200 millones de usuarios en todo el mundo y en Argentina ya hay aproximadamente 6 millones. Pero algunos oponen resistencia para entrar en la red social virtual y compartir contenidos con diferentes contactos.
Es el caso de Gisela Bernich, quien a pesar de tener un trabajo con interacción permanente con la tecnología decidió mantenerse al margen de Facebook o cualquier otra red social virtual. “Es como una invasión a la privacidad”, dijo.
Entre sus argumentos, la mujer enumeró “la pérdida del contacto directo” y se mostró más dura aún cuando aseguró: “No me importa subir fotos que no quiero que vea todo el mundo, y si alguien quiere saber algo de mí, que me pregunte”.
Pero Gisela no es la única. Victoria también apunta al miedo a la exposición como uno de los argumentos para no hacerse un perfil en Facebook.
“Me molesta la exposición social en todos los ámbitos de mi vida, pero a los otros los puedo controlar, y creo que en Facebook no”, contó.
Pero la chica admitió que se siente“fuera del sistema”. “Lo padezco bastante porque me pierdo los eventos y todas las conversaciones giran en torno a eso”, cerró.
Fuente : diariouno.com
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